Functional and Concurrent Programming Core Concepts and Features 1 / converted Edition Michel Charpentier instant download
Functional and Concurrent Programming Core Concepts and Features 1 / converted Edition Michel Charpentier instant download
https://ebookmeta.com/product/functional-and-concurrent-
programming-core-concepts-and-features-1-converted-edition-
michel-charpentier/
https://ebookmeta.com/product/concurrent-programming-algorithms-
principles-and-foundations-1st-edition-michel-raynal/
https://ebookmeta.com/product/get-programming-with-javascript-
next-new-features-of-ecmascript-2015-2016-and-beyond-1-converted-
edition-jd-isaacks/
https://ebookmeta.com/product/functional-analysis-fundamentals-
and-applications-2nd-edition-michel-willem/
https://ebookmeta.com/product/learning-ros-for-robotics-
programming-second-edition-enrique-fernandez-luis-sanchez-crespo-
anil-mahtani-aaron-martinez/
Chase s Calendar of Events 2022 The Ultimate Go to
Guide for Special Days Weeks and Months 65th Edition
Editors Of Chase S
https://ebookmeta.com/product/chase-s-calendar-of-
events-2022-the-ultimate-go-to-guide-for-special-days-weeks-and-
months-65th-edition-editors-of-chase-s/
https://ebookmeta.com/product/mens-friendships-as-feminist-
politics-power-intimacy-and-change-7th-edition-klara-goedecke/
https://ebookmeta.com/product/greater-sins-1st-edition-sayyid-
abdul-husayn-dastghaib-shirazi/
https://ebookmeta.com/product/confucian-political-philosophy-
dialogues-on-the-state-of-the-field-1st-edition-robert-a-carleo-
iii-yong-huang-2/
https://ebookmeta.com/product/light-introduction-to-optics-and-
photonics-second-edition-judith-donnelly-nicholas-massa/
Museum Magic Memory Curating Paul Denys Montague 1st
Edition Julie Adams
https://ebookmeta.com/product/museum-magic-memory-curating-paul-
denys-montague-1st-edition-julie-adams/
Functional, Object-Oriented, and
Concurrent Programming
Michel Charpentier
Table of Contents
Foreword
Preface
Acknowledgements
About the Author
Chapter 3. Immutability
A Brief Interlude
Glossary
Contents
Foreword
Preface
Why Scala?
Target Audience
How to Read This Book
Additional Resources
Acknowledgements
About the Author
Chapter 3. Immutability
3.1 Pure and Impure Functions
3.2 Actions
3.3 Expressions Versus Statements
3.4 Functional Variables
3.5 Immutable Objects
3.6 Implementation of Mutable State
3.7 Functional Lists
3.8 Hybrid Designs
3.9 Updating Collections of Mutable/Immutable Objects
Summary
A Brief Interlude
Glossary
Foreword
* * *
* * *
* * *
* * *
* * *
* * *
¡Pobre Julia! Era terrible aquel su nuevo hogar; tan terrible como
el de su padre. Era libre, absolutamente libre; podía hacer en él lo
que se le antojase, salir y entrar, recibir a las amigas y aun amigos
que prefiriera. ¿Pero la quería, o no, su amo y señor? La
incertidumbre del amor del hombre la tenía como presa en aquel
dorado y espléndido calabozo de puerta abierta.
Un rayo de Sol naciente entró en las tempestuosas tinieblas de
su alma esclava cuando se supo encinta de aquel su señor marido.
«Ahora sabré si me quiere o no», se dijo.
Cuando le anunció la buena nueva, exclamó aquél:
—Lo esperaba. Ya tengo un heredero y a quien hacer un hombre,
otro hombre como yo. Le esperaba.
—¿Y si no hubiera venido?—preguntó ella.
—¡Imposible! Tenía que venir. ¡Tenía que tener un hijo yo, yo!
—Pues hay muchos que se casan y no lo tienen...
—Otros, sí. ¡Pero yo, no! Yo tenía que tener un hijo.
—¿Y por qué?
—Porque tú no podías no habérmelo dado.
Y vino el hijo; pero el padre continuó tan hermético. Sólo se
opuso a que la madre criara al niño.
—No, yo no dudo de que tengas salud y fuerzas para ello; pero
las madres que crían se estropean mucho, y yo no quiero que te
estropees: yo quiero que te conserves joven el mayor tiempo
posible.
Y sólo cedió cuando el médico le aseguró que, lejos de
estropearse, ganaría Julia con criar al hijo, adquiriendo una mayor
plenitud su hermosura.
El padre rehusaba besar al hijo. «Con eso de los besuqueos no
se hace más que molestarlos», decía. Alguna vez lo tomaba en
brazos y se le quedaba mirando.
—¿No me preguntabas una vez por mi familia?—dijo un día
Alejandro a su mujer—. Pues aquí la tienes. Ahora tengo ya familia,
y quien me herede y continúe mi obra.
Julia pensó preguntar a su marido cuál era su obra; pero no se
atrevió a ello. «¡Mi obra! ¿Cuál sería la obra de aquel hombre?» Ya
otra vez le oyó la misma expresión.
De las personas que más frecuentaban la casa eran los condes
de Bordaviella, sobre todo él, el conde, que tenía negocios con
Alejandro, quien le había dado a préstamo usurario cuantiosos
caudales. El conde solía ir a hacerle la partida de ajedrez a Julia,
aficionada a ese juego, y a desahogar en el seno de la confianza de
su amiga, la mujer de su prestamista, sus infortunios domésticos.
Porque el hogar condal de los Bordaviella era un pequeño infierno,
aunque de pocas llamas. El conde y la condesa ni se entendían ni se
querían. Cada uno de ellos campaba por su cuenta, y ella, la
condesa, daba cebo a la maledicencia escandalosa. Corría siempre
una adivinanza a ella atañedera: «¿Cuál es el cirineo de tanda del
conde de Bordaviella?»; y el pobre conde iba a casa de la hermosa
Julia a hacerle la partida de ajedrez y a consolarse de su desgracia
buscando la ajena.
—¿Qué, habrá estado también hoy el conde ese?—preguntaba
Alejandro a su mujer.
—El conde ese..., el conde ese...; ¿qué conde?
—¡Ese! No hay más que un conde, y un marqués, y un duque...
O para mí todos son iguales y como si fuesen uno mismo.
—¡Pues sí ha estado!
—Me alegro, si eso te divierte. Es para lo que sirve el pobre
mentecato.
—Pues a mí me parece un hombre inteligente y culto, y muy bien
educado y muy simpático...
—Sí, de los que leen novelas. Pero, en fin, si eso te distrae...
—Y muy desgraciado.
—¡Bah; él se tiene la culpa!
—¿Y por qué?
—Por ser tan majadero. Es natural lo que le pasa. A un
mequetrefe como el conde ése es muy natural que le engañe su
mujer. ¡Si eso no es un hombre! No sé cómo hubo quien se casó con
semejante cosa. Por supuesto, que no se casó con él, sino con el
título. ¡A mí me había de hacer una mujer lo que a ese desdichado le
hace la suya...!
Julia se quedó mirando a su marido, y de pronto, sin darse
apenas cuenta de lo que decía, exclamó:
—¿Y si te hiciese? Si te saliese tu mujer como a él le ha salido la
suya.
—Tonterías—y Alejandro se echó a reír—. Te empeñas en sazonar
nuestra vida con sal de libros. Y si es que quieres probarme
dándome celos, te equivocas. ¡Yo no soy de ésos! ¿A mí con ésas?
¿A mí? Diviértete en embromar al majadero de Bordaviella.
«Pero, ¿será cierto que este hombre no siente celos?—se decía
Julia—. ¿Será cierto que le tiene sin cuidado que el conde venga y
me ronde y me corteje como me está rondando y cortejando? ¿Es
seguridad en mi fidelidad y cariño? ¿Es seguridad en su poder sobre
mi? ¿Es indiferencia? ¿Me quiere, o no me quiere?» Y empezaba a
exasperarse. Su amo y señor marido le estaba torturando el corazón.
La pobre mujer se obstinaba en provocar celos en su marido,
como piedra de toque de su querer, mas no lo conseguía.
—¿Quieres venir conmigo a casa del conde?
—¿A qué?
—¡Al te!
—¿Al te? No me duelen las tripas. Porque en mis tiempos y entre
los míos no se tomaba esa agua sucia más que cuando le dolían a
uno las tripas. ¡Buen provecho te haga! Y consuélale un poco al
pobre conde. Allí estará también la condesa con su último amigo, el
de turno. ¡Vaya una sociedad! ¡Pero, en fin, eso viste!
* * *
* * *
* * *
* * *
* * *